Resulta que en Ámsterdam encontraron una solución ingeniosa para abordar el problema de la contaminación acústica. El aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, situado a sólo 9 km del centro de la ciudad, todo el tiempo está transitado, ya que cuenta con 479.000 vuelos entrando y saliendo todo el año. Con un promedio de 1300 vuelos cada día, podrás hacerte una idea de como se siente vivir a los alrededores. La ubicación del aeropuerto fue elegida debido a la tierra plana baja, un tipo de área conocida en Países Bajos como "pólder" (área ganada al mar).
El área elegida para el aeropuerto fue una vez una base militar y una vez que fue comercializada, también se convirtió en un alojamiento residencial muy poblado. Cuando el aeropuerto construyó la pista más larga en 2003, el ruido del aterrizaje se podía oír desde hasta 28 kilómetros distancia. La ubicación del aeropuerto es también la fuente más grande del ruido en la zona. Las autoridades convocaron a arquitectos de la firma H + N + S Landscape Architects, y al artista Paul De Kort a trabajar juntos para resolver el problema.
La idea es que la solución implementada se llevara a cabo sin interrumpir el servicio y funcionamiento del aeropuerto; ya que paralizaría al país y a gran parte de Europa; ya que en este aeropuerto se hacen miles de conexiones a todo el mundo. Antes de contratar a los arquitectos, el personal del aeropuerto había observado que los niveles de ruido disminuyeron cuando los campos cercanos habían sido arados. A los arquitectos se les asignó la tarea de averiguar cómo el viaje sonoro era afectad por la topografía modificada.
Los equipos de arquitectura hicieron la investigación debida sobre la física del sonido y descubrieron las obras de un físico y músico alemán Ernst Chladni, a quien también se refiere como el "abuelo de la acústica". Utilizando los principios de Chladni, el equipo de diseño creó una serie de setos y Zanjas al suroeste del aeropuerto. Cada uno de los setos se encuentra a 10 metros del siguiente; que es lo mismo que la longitud de onda del ruido del aeropuerto.
¿El resultado? los niveles de ruido provenientes del aeropuerto disminuyeron a la mitad. Los bordes y las zanjas hechas para lidiar con el ruido se cubrieron de grama y el lugar entero se conviertió en un parque alrededor del aeropuerto, que recibió el nombre de Buitenschot. Una red peatonal entrecruzada y un sendero de bicicletas que recorre todo el parque y que ha sido acogido con obras de arte acústicas especiales.
Una de las obras de arte es el "Listening Ear", un plato parabólico especialmente diseñado que amplifica los sonidos lejanos. Otro de los trabajos en el "Chaldnipond" es un estanque con forma de diamante, que cuenta con un mecanismo de puentes para crear ondas de patrón en el agua que corre por debajo. Muchos podrían alegar que lo ideal sería reducir la contaminación acústica a cero; sin embargo, si has estado alrededor de un aeropuerto, te darás cuenta y estarías agradecido de lo maravilloso que es poder reducir este ruido a la mitad.
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